¿Nunca te has preguntado por qué las fiestas son siempre de noche? Dicen que la oscuridad invita a la diversión, pero voy a contarte un pequeño secreto: el mar produce exactamente el mismo efecto. Por eso las fiestas en catamarán se celebran a lo largo de todo el día.
Verás, la noche crea el escenario adecuado para que nos sintamos alejados de nuestra realidad cotidiana.
Todo se ve desde otra óptica y por eso, aunque recorramos las mismas calles por las que paseamos de día, estas nos resultan diferentes y teñidas de un velo de misterio que invita a la diversión.
Al adentrarnos en un barco con un catamarán, la sensación es similar. El escenario cambia, no estamos en nuestro hábitat de siempre y esto hace que nuestro estado emocional cambie. Nada más poner un pie en la embarcación, el modo en que somos recibidos, la decoración y el ambiente nos predisponen para pasar un gran rato en la mejor compañía.
Copas, música y naturaleza
Todo a bordo invita a olvidarse durante unas horas de lo que queda en tierra y, en medio del mar y respirando aire puro, saborear una copa y dejarse llevar por la música. Incluso los más serios acaban moviendo un pie, como quien no quiere la cosa, y acaban sintiendo el ritmo en sus caderas.
Y es que para eso tenemos a los mejores DJ a bordo, para que resistirse al impulso de bailar sea totalmente imposible y pronto olvides horarios. Las ganas de fiesta no tienen un momento en el reloj, surgen si la situación invita a ello y nada puede pararlas.
Por eso incluso hay fiestas de mañana. En el momento en que se supone que los más juerguistas están acostándose, otros toman el relevo y deciden abordar la fiesta rompiendo todas las reglas.
Siempre hay clásicos en todo
En cualquier caso, siempre hay clásicos, sí.
Esas personas que piensas que nada puede sustituir al halo romántico y misterioso de la noche. Pues que no se preocupen, si no les han convencido nuestros argumentos, tenemos una solución.
Y es que también hay una fiesta nocturna en barco, con cena incluida, en la que podrán disfrutar de la puesta del sol y sentir que están ante el aperitivo del plato fuerte que van a degustar nada más tomar tierra.
Una fiesta preparatoria de la fiesta más larga, la que dura hasta el amanecer y en la que no va a faltar la luna.
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